La apuesta por la creación y el diseño de oficinas que cumplan con unos determinados estándares de sostenibilidad está creciendo de manera considerable para contribuir a la mejora del medio ambiente a la vez que incrementa la satisfacción de los propios empleados.
El diseño de oficinas acorde a la sostenibilidad arquitectónica del edificio triunfa en nuestro país
La apuesta por la creación y el diseño de oficinas, que cumplan con unos determinados estándares de sostenibilidad está creciendo de manera considerable para contribuir a la mejora del medio ambiente a la vez que incrementa la satisfacción de los propios empleados. Y es que las estadísticas muestran como la presencia de la luz natural y los espacios verdes, entre otros aspectos, favorece directamente el confort y el rendimiento de los trabajadores en el hábitat de trabajo.
Este nuevo concepto gira en torno a la idea de crear espacios eficientes a través de grandes ventanales que permitan dejar a un lado los clásicos fluorescentes, la implantación de sistemas que permitan ahorrar agua y luz o la elección de materiales como las mamparas de oficinas o mobiliario cuyos procesos de fabricación no dañen el medio ambiente.
Sin duda, la inversión para adaptar y modernizar todo tipo de oficinas es elevada, pero los expertos aseguran que un periodo de dos años se amortiza gracias al ahorro que supone mensualmente en el consumo de recursos. Para que el edificio sea arquitectónicamente sostenible es necesario que cuente con la certificación LEED promovida por el U. S. Green Building Council que se otorga sólo a aquellos inmuebles que ayudan al medio ambiente y que ofrecen a sus trabajadores unos ahorros energéticos importantes en el desarrollo de su actividad.
Para obtener este certificado se evalúan aspectos como el uso eficiente del agua, el emplazamiento del inmueble, los materiales utilizados, el confort acústico y la gestión de los residuos, es decir, que se cuente con un nivel de ventilación razonable, dispositivos en los grifos que controlen el uso del agua, iluminación de bajo consumo, tipo de medios de transportes utilizados o la presencia de sistemas de reciclaje.
Su crecimiento por parte de numerosas empresas en nuestro país se debe a que sus directivos ya no creen que solamente sea necesario estar en un bonito edificio que transmita los valores de la empresa, sino que también se debe contribuir a la labor medio ambiental a la vez que se ahorran costes económicos derivados de la mala gestión de la energía y los recursos naturales. Además, combinar la modernidad de una gran empresa no está reñido con su sostenibilidad ya que existen asesorías especializadas en aprovechar la propia arquitectura del edificio para diseñar oficinas acordes a su imagen de marca de forma que se utilicen los recursos y tecnologías necesarias para su contribución con el medio ambiente.